lunes, 17 de diciembre de 2018

Salvador y Rufino (#2)


Rufino estaba distraído. Por momentos sentía diluirse dentro de su nebulosa de prioridades desordenadas, sumergido en una atmósfera de vacío. Salvador, que sabía descifrar los instantes de desconcierto de su joven amigo, se sentó a su lado, y levantando la vista hacia el cielo, murmuró en voz baja: "Tiene el ser humano tan pocos años para leer, para amar, para ser creativo, para sentirse vivo, que parece incomprensible cómo podemos invertir tanto tiempo en deglutir noticieros, en hacer crucigramas, en esperar la muerte".



"Salvador y Rufino" Una creación deVagabundo del Tao (Juan Manuel Otero Barrigón)

lunes, 10 de diciembre de 2018

Sobre la sublimación


En términos de la alquimia «neidan», podemos decir que la sublimación, considerada una vivencia cumbre dentro del taoísmo, se lleva a cabo de varias maneras en lo que concierne a la metodología taoísta.
Por ejemplo, uno de los modos más simples de sublimación se consigue a través del ahondamiento de la “conexión” con Tao. Porque, cuando esta conexión es genuinamente sentida, concientizada, cuando es profundizada y desarrollada, provoca una de las transformaciones substanciales primarias más básicas, aunque, la más contundente y esencial pregonada por esta corriente.
La conexión, por sí misma, es reparadora, sanadora, trae bendiciones a quienes la experimentan, y es fuente de dicha y completitud cuando se mantiene activo este enlace esencial.
Por supuesto, la conexión no es algo que vaya a suceder por el mero deseo de probar de qué se trata, como tampoco, nadie puede proporcionarla desde afuera ya que tan sólo se establece cuando cada quien enciende su receptor interno a conciencia, de manera sintonizada con el estado de presencia.
Correspondiendo con esto, la filosofía taoísta facilita una serie de herramientas, teóricas y prácticas, con el propósito de que toda persona pueda consolidar esta sublime conexión y estado de conexión con la existencia y beneficiarse de sus prodigios. 

Precisamente, el tratado del Tao-Te-King está orientado a explicar el “poder” que subyace en este estado supremo de conexión con la existencia, comprendido dentro del contexto de los siguientes términos:
TE: Poder-Fuerza - 德.
TAO: Camino-Sentido - 道.



sábado, 1 de diciembre de 2018

Salvador y Rufino (#1)



Confundido como estaba, en un mar de verdades intercambiables, Rufino ansiaba hallar un suelo firme donde sostenerse. Mientras caminaba junto a Salvador, jugaba al equilibrio sobre las vías del tren, sintiendo al juego como una precisa metáfora de su vida interior. Salvador, caminando unos metros por delante de su amigo, percibía su anhelo de certidumbre, mientras reflexionaba en voz alta: "La verdad nunca se tiene entera. Se camina hacia ella como se sube a una montaña, y sólo se va descubriendo a medida que se avanza. La verdad es como la fe, una conquista sucesiva que no termina, un placer que se saborea sólo parcial, pero intensamente, un magnífico dolor".



"Salvador y Rufino" Una creación de: Vagabundo del Tao (Juan Manuel Otero Barrigón)



lunes, 26 de noviembre de 2018

sábado, 17 de noviembre de 2018

Grupo de Estudio "Alan Watts" (Noviembre, 2018)


Acá estamos los integrantes del Grupo de Estudio "Alan Watts" en nuestro último encuentro del día sábado 3 de Noviembre. De izquierda a derecha: Juan Manuel Otero Barrigón (coordinador), Marta Ugarte, Siro Bermúdez, Valeria Andersen y Juan Diego García.

Le enviamos esta foto por e-mail a Anne Watts, una de las hijas del querido Alan, quien junto a su hermana Joan acaban de publicar las "Collected Letters", un libro que reúne la correspondencia que mantuvo el genial filósofo con pensadores, psiquiatras, escritores, artistas y personajes varios de la contracultura de su época (C.G.Jung, Henry Miller, Aldous Huxley, Reinhold Niebuhr, Gary Snyder, Timothy Leary, James Hillman, Joseph Campbell, etc). A su vez, Anne nos respondió compartiéndonos el enlace de la reciente presentación de su libro en la librería Watkins de Londres, la primera en publicar las obras de su padre. Acá extendemos el video para quien quiera sumergirse, en la voz de su hija, en algunos aspectos curiosos de la vida y obra de nuestro célebre spiritual entertainer.



viernes, 9 de noviembre de 2018

Sobre la Búsqueda

"Axis Mundi" (grabado de metal), por Jacqueline Aronis 


Perderse en los recovecos del sendero interior es encontrarse con el rostro limpio del propio Fundamento. Es internarse en el espíritu del valle que nunca muere, descubrir el latido de la hembra misteriosa,  sumergirse en las raíces del axis mundi primordial. Tesoros inagotables allí habitan para quien busca en lo profundo, donde las máscaras cesan, y brilla plena la luz de lo Real.

Vagabundo del Tao
(Juan Manuel Otero Barrigón)

jueves, 11 de octubre de 2018

Sobre el Tao y el Logos


Sobre el Tao y el Logos
por Josè Ignacio Gonzàlez Faus*

Aunque las grandes manchas de color son a veces simplistas, pueden resultar también pedagógicas. Corro, pues, el riesgo de simplificar para ayudar a entender un poco los universos mentales del Occidente en que vivimos y de ese Oriente al que miramos y al que muchos miran para salir de su sensación de vacío.

La gran aportación de Occidente a la historia humana la dio Grecia con el descubrimiento del Logos. Este término clásico significa a la vez palabra, razón y sentido: brotó de la experiencia de que las cosas son ­razonables: tienen una lógica que puede ser captada y expresada por nuestra palabra. Esta armonía, este encuentro entre la realidad y nuestra mente es una de las primeras experiencias de sentido: si no hubiera posibilidad de encuentro entre la realidad y nosotros, nos encontraríamos ante un sinsentido impresionante.

La experiencia fundamental del Oriente me parece ser la del Tao. Y quizá no es casualidad que la obra de Lao-Tsé, autor del Tao-te-King (libro de la virtud y del Tao) sea, luego de la Biblia, la obra más difun­dida en la historia del mundo. Pero el Tao es indefinible: no se comunica con conceptos sino provocando su experiencia. La traducción mejor del Tao podría ser lo que los cristianos llaman el Espíritu, el cual es también inobjetivable. Hay definiciones del Tao que parecen extrañas, pero no lo son: “El Tao es el camino infinito que conduce al Tao”. “El Tao no lleva a cabo ninguna acción, pero no deja nada por hacer”. “Cuando su tarea ha sido cumplida y las cosas han sido acabadas, todo el mundo dice: las hemos hecho nosotros”… ¡Y eso vale exactamente del Espíritu Santo de los cristianos!

Dejando ahora las connotaciones religiosas, creo que, con el Logos y el Tao, nos hallamos ante dos experiencias originarias, y complementarias, de apertura a la realidad: una desde la visión y otra desde la respiración. La posibilidad de ver permite objetivar las cosas: así las conocemos (o creemos conocerlas) y podemos manejarlas: por eso es normal que del Logos occidental haya surgido la técnica, que nos permite dominar las cosas, con el peligro de erigirnos nosotros en sujetos y, por tanto, en superiores. En cambio, la conciencia de la respiración nos permite percibir la vida, darnos cuenta de que vivimos y, a la vez, de que vivir es estar recibiendo: pues si te falta el aire te ahogas y mueres.

Pero la experiencia de la respiración, del vivir, siendo más honda y menos pretenciosa que la de la vista, puede llevar a un inmovilismo conservador ante el mundo que nos envuelve. Desde la vista, el hombre se siente superior a las cosas; desde la respiración se siente casi inferior a ellas. Y otro detalle curioso: nuestra posibilidad de hablar viene del hecho mismo de la respiración: expulsamos el aire articulándolo en forma de sonidos. Pues bien: un himno medieval al Espíritu Santo decía que “enriqueces la garganta con la palabra” (“sermone ditans guttura”).

Si he sabido evocar esa doble experiencia fundante y fundamental, parecerá claro que nuestra plenitud humana reclama el encuentro entre las dos, sin que ninguna ignore o excluya a la otra, pero de modo que ambas se complementen y se controlen. El Logos expresa, el Tao empapa; el Logos explica lo exterior, el Tao llena nuestro interior. La palabra puede ser superficial, el Tao es necesariamente profundo.

Con la terminología cristiana (de Palabra y Espíritu), un autor del siglo II, san Ireneo, decía que esas son “las dos manos de Dios”. Y será verdad que la Encarnación de la Palabra es el tesoro de Occidente, pero es también verdad cristiana que el Espíritu ha sido derramado “sobre toda carne” (Joel 3; Hchs 2). Por eso, toda auténtica experiencia espiritual humana, nazca donde nazca, procede del mismo Dios a quien confiesan los cristianos y no hay, por tanto, posibilidad de exclusivismos sino más bien obligación de acoger a Aquel que (como el aire) “sopla donde quiere” (Jn 3,).

La teología, y aún más la piedad occidental (tanto católica como protestante) adolecen de un olvido del Espíritu que ha llevado demasiado a tratar de explicar las cosas, más que a vitalizarlas o cambiarlas. Cuando Marx escribe su famosa tesis 11 sobre Feuerbach (“hasta ahora los filósofos han explicado el mundo; lo que importa es transformarlo”) está dando una versión laica de esta misma tesis teológica: el mundo del Logos necesita al Tao (o al Espíritu en lenguaje nuestro).

Más allá de alusiones teológicas, parece claro que Occidente necesita hoy una ­buena inyección del Tao que devuelva calidad y plenitud humana a su Logos, a su razón y a su palabra: porque sin Tao se ha ido convirtiendo en “razón instrumental” y búsqueda del máximo beneficio eco­nómico. Aunque también, según me comentó Raimon Panikkar la última vez que nos vimos en Tavertet, él temía que Oriente ­esté perdiendo su Tao, contagiado por ese virus occidental del máximo beneficio económico…

La primera globalización que necesitamos es, pues, la del encuentro entre el Logos y el Tao.

*sacerdote jesuita y filòsofo español

lunes, 1 de octubre de 2018

Asedios al Tao filosófico #1, por Darin McNabb





He aquí una excelente introducción, en tres partes, a la filosofía originaria del taoísmo, por parte de Darin McNabb, profesor en filosofía en el Instituto de Filosofía de la Universidad Veracruzana en Xalapa, México. Recomiendo fuertemente su visionado, ya que además de conciso, McNabb saber ser preciso y súper ilustrativo al exponer los principales conceptos de este camino natural de vida. Damos bienvenida, de esta manera, a nuestro mes gregoriano de Octubre, celebrando, además, los últimos días del Gallo de Metal en curso. ¡Tzu Jan!


viernes, 14 de septiembre de 2018

Peter Yang y su cristianismo taoísta


"Soy una persona que tiene una visión taoísta-cristiana. El primer denominador común entre ambos es su carácter creador: los dos son origen de todo lo que hay en el universo y en ambos se implica la libertad creadora, pues su acto creador no obedece más que a su propia norma. Esta norma es más explícita en Dios, pues es el amor el que alienta sus actos, incluso se dice que Dios es Amor, identificándose plenamente (esto no se entiende), sin embargo en cuanto al Tao, su voluntad no queda enmarcada en ninguna norma, excepto la que dicta sus acciones: la fluidez, la suavidad y la discreción.

En los dos casos, Tao y Dios responden a una realidad única, incomparable, inabarcable, inimaginable e incomprensible para el ser humano. Estas cualidades hacen que no podamos hablar de ellos sin pecar de simplismo o de presunción. Tao y Dios no tienen sentido si no hay una creencia, si no hay una aceptación de su existencia más allá de la nuestra. El cristianismo se basa en la fe, mientras que el taoísmo se basa en el sentir. Pero sin consciencia ninguno de los dos existe.

Jesucristo dijo: "Yo soy el camino, la verdad y la vida", y ese es el punto en que Dios y Tao están más cerca. El taoísmo significa vía, camino, sendero, y Dios está al final del camino. Con la fe cristiana seguimos a Jesucristo en cada acto cotidiano, en cada servicio a los demás, ese camino es vivir de verdad, vivir la vida de forma sincera. Con el camino taoísta, nos serenamos para poder reconocerlo en cada instante de nuestra vida, sin que nada se interponga y nos distraiga. El taoísmo es lo natural y el cristianismo lo sobrenatural o divino, apenas hay diferencia entre aire y gracia, respiración y oración, energía y espíritu".

Peter Yang (1921-2014), sacerdote católico y maestro taoísta

domingo, 12 de agosto de 2018

Ventana "cristiano-taoísta": el Tao Te King


Ventana "cristiano-taoísta": el Tao Te King, por José Antonio Vázquez*

Junto con el confucianismo, el Taoísmo es una de las tradiciones espirituales que hunden sus raíces en el pasado de China. Su origen exacto es difícil de determinar. Sus ideas básicas, el Tao y el yin-yang, se encuentran ya en el I Ching (Libro de las Mutaciones), que recoge enseñanzas provinientes de la más antigua cultura china, la Hoang-Ho.

Esta escuela comenzó probablemente con los eremitas”[1], cuyas enseñanzas se habrían puesto por escrito a final del siglo IV a. c., constituyendo el estrato original del Tao Te King, al que después se fueron añadiendo sucesivas estratificaciones.

La tradición china considera como autor del libro a Lao Tse, un personaje que habría vivido en el siglo VI a.c. Pero hoy se piensa que Lao Tse es un personaje legendario, construido sobre la base histórica de un personaje real llamado Li Er, que habría vivido en la época de los reinos combatientes (403-222 a. c.).

El taoísmo se configura como religión organizada, por influencia del confucianismo y del budismo, en la segunda mitad del siglo segundo de nuestra era. Para entonces el taoísmo religioso ya había recogido gran parte de las prácticas religiosas populares chinas (práctica de la magia y la adivinación, de la alquimia, culto a diversas divinidades populares, prácticas respiratorias y terapeúticas corporales diversas…).

Hoy el taoísmo esta organizado en cinco escuelas diferentes, y cuenta con una institución no centralizada, formada por diversas agrupaciones de sacerdotes y monjes, con templos, culto propio, etc…

El Tao te king es el libro fundamental del taoísmo. Tao significa vía, camino. Te significa eficacia, manera de conformarse o virtud, y King significa tejido o libro. Por eso se suele traducir como el libro del Camino y la Virtud.

Es un libro breve (unos 5000 caracteres aproximadamente), que recoge una recopilación de aforismos, restos de poemas esotéricos y de fórmulas filosóficas, en las que se expone la sabiduría taoísta colectiva.

Se cuenta una leyenda para explicar el motivo de su redacción, atribuida a Lao Tse, a quien se le considera de naturaleza sobrehumana. Lao Tse, habría nacido de una virgen, que le dio a luz debajo de un ciruelo, tras comerse un huevo en forma de perla. Fue un niño anciano, que nació con canas y arrugas. Al crecer, realizó viajes por diversos países de Oriente y regresó a China, en la que trabajó como funcionario. Desapareció de China, cruzando la frontera, y es allí, al cruzar el límite del Imperio, donde el oficial de la frontera Yin hi, reconociendo su sabiduría, le pide que la ponga por escrito, naciendo así el Tao Te King.[2]

Enseñanzas del Tao Te King

La idea central del libro es la del Tao (palabra que aparece 76 veces). “se trata de lo real autosuficiente, que existe por sí mismo y que es origen de todo”.[3] Este Tao es inaprensible, sólo se puede percibir en la alternancia de sus dos aspectos, el yin y el yang.

Estos son dos principios metafísicos que regulan y se manifiestan en todo que existe. Yin es lo femenino, profundo, la fase de contracción de los fenómenos. Yang es lo masculino, manifiesto, la expansión. Ambos se mantienen en un equilibrio inestable, pero se necesitan mutuamente (el uno no puede existir sin el otro) y cada uno alberga el germen del otro.

El Tao genera el uno.
El uno genera el dos.
El dos genera el tres.
Y el tres genera todas las cosas.
Todas las cosas contienen en su interior el yin y el yang
Y obtienen la armonía por la combinación de esas fuerzas
”.[4]

El libro en realidad “habla… de un Tao , llamado ”.[5] Es decir, se ocupa sobre todo de la dimensión Yin de la realidad. No es, por tanto, un libro de filosofía metafísica o religiosa sino un libro práctico, que propone un camino místico, interior, yin.

Para Lao Tse la vía yin o femenina es superior a la vía yang (lo místico a lo puramente religioso). Sólo actuando desde nuestra dimensión más profunda nuestra acción puede ser correcta.

Lo femenino por su quietud,
vence siempre a lo masculino
”.[6]

Desde esta posición complementa y corrige al confucianismo, la ética china, que regula las relaciones personales y públicas a través de preceptos y principios externos. Por eso en China se dice: “el hombre perfecto es confuciano de día y taoista de noche”.

La mística taoista es una mística lo más vitalista y lo menos intelectual posible.

“el sabio no es culto
el culto no es sabio
”.[7]

Por ello, el taoísmo se interesa por todas las prácticas que alimentan la vitalidad: prácticas respiratorias, movimentos corporales, técnicas sexuales, meditación (hay que decir que el taoísmo ha influido mucho en la meditación Zen budista).

Una idea-fuerza ha guiado estas prácticas taoístas: conseguir la inmortalidad o una larga longevidad. De hecho, influidos por la alquimia utilizan el cinabrio refinado como elixir para conseguir este objetivo.

Señalo dos prácticas taoístas muy características:

- La respiración “embrionaria”: que busca llevar la respiración hasta los pies, luego subirla hasta la cabeza y terminar llenando el pecho.

En el mismo Tao te King se hace mención a la importancia de la respiración.
¿sabrías armonizar tu respiración
y volverte tan suave y dúctil como un recién nacido?
”.[8]

- La visualización de dioses, como práctica de meditación. La piedad y la práctica corporal van unidas en el taoísmo.

Con estas prácticas se consigue situar a la persona en su centro interior, para que actúe desde este lugar. Es la doctrina del Wu-Wei (actuar sin actuar), es decir, volver a la acción espontánea, a la acción que surge desde lo profundo y que, por ello, siempre acierta. No es una doctrina “quietista” es una praxis para la vida cotidiana.

El taoísmo no invita a huir del mundo sino a actuar en él desde la interioridad, desde el yin. Actuar sin dejarse inundar por los acontecimientos. Con esta filosofía el taoísmo ha sido muy activo en la lucha contra el autoritarismo, la guerra, el ritualismo, el legalismo y moralismo…

una victoria militar debería celebrarse
como si fuera un entierro
”.[9]

cuando se abandona el Tao
aparece la moralidad y el deber
”.[10]

Lugares de encuentro con el cristianismo

En Tao te King es posible encontrar resonancias muy cercanas a nuestro corazón cristiano, que prima el amor, y al evangelio (la historia de Jesús).

Yo poseo tres tesoros
que tengo en gran estima:
el primero el amor
”.[11]

Quien carga sobre sus espaldas
las desgracias de la humanidad
merece ser el rey del universo
”.[12]

Incluso es curioso encontrar un simbolismo coincidente con el propio San Bernardo. Se trata de la referencia al valle.


Dice Bernardo:

Elige los valles para caminar y para plantar… en los valles… se cosecha ciento por uno… al valle se le encomia siempre y a la humildad siempre se la ensalza… allí abundan los dones del Espíritu”.[13]

El Tao Te King afirma:

Quien conoce la dignidad y conserva la humildad
es un valle que contiene el universo.
Siendo un valle que contiene el universo,
Conserva siempre la virtud
”.[14]

Creo que a Bernardo le hubiera gustado esta frase del Tao Te King con la que concluyo, a modo de síntesis, esta breve introducción.

El espíritu del valle nunca muere”.[15]


[1] P. Poupard (dir.), Diccionario de las Religiones, Herder, Barcelona, 1987, p.1706.
[2] Lao Tse, Tao Te Ching, integral, Barcelona, 2002, p. 12-13.
[3] P. Poupard, o. c. p. 410.
[4] Tao te King, cap. XLII.
[5] M. Eliade, Historia de las Creencias y de las Ideas Religiosas, Tomo II, Cristiandad, Madrid, 1979, p 42.
[6] Tao Te King, cap. LXI.
[7] Ibíd., cap. LXXXI.
[8] Ibíd., cap. X.
[9] Ibíd.. cap. XXX.
[10] Ibíd.. cap. XVIII.
[11] Ibíd.. cap. LXVII.
[12] Ibíd.. cap. LXXVIII.
[13] San Bernardo, Obras Completas, Tomo III, BAC, Madrid. p. 629. Sermón en el nacimiento de San Benito n. 4.
[14] Tao te King, cap. XXVIII.
[15] Ibíd.. cap. VI.

miércoles, 1 de agosto de 2018

El "Tao" Cristiano (#1). Hoy: Alice Socorro Peña Maldonado

Nota del autor del blog: inauguro aquí una nueva sección del blog, que estará destinada a tender un puente dialogal entre la tradición taoísta y el mundo cristiano. Sentido este como una de las principales misiones que motivan mi accionar más consciente. Para ello, iré compartiendo documentos y textos propios y de otros autores, con la esperanza de aportar nuevas semillas de reflexión y acercamiento mutuo, que enriquezcan nuestro itinerario existencial.


"El Tao Cristiano",

por Alice Socorro Peña Maldonado*


* (Fuente original del texto: https://ligerosdeequipaje.wordpress.com/2015/07/12/el-tao-cristiano-como-camino-para-la-espiritualidad-y-la-mistica-en-medio-del-mundo/)

 (clic para ampliar la imagen)

El Tao cristiano y las capacidades para acceder al Aquí y Ahora

Sumergirse en las aguas profundas del amor de Dios es aceptar su invitación a Permaneced en su Amor.

Hoy frente a nuestra historia personal y del mundo que nos circunda tenemos que entender el valor de nuestra existencia, de nuestra conciencia y acción y de la vida a plenitud que anhelamos y que es posible aún cuando todo pareciese conflictivo, caótico y fuera de si.

Necesitamos desarrollar la vida espiritual, esa que no se ve pero que cuando está ausente su ejercicio hace debilitar todo lo bueno, verdadero y bello que tenemos y llevamos dentro de si.

Una manera es encontrarnos a si mismo para reflexionar, dialogar, debatir con los otros (as); meditar y dialogar con nosotros mismos desde las emociones y acciones y conversar y orar con Dios que nos escucha y nos quiere hablar en el silencio de nuestra alma.

Pero ¿Qué contenidos deben ser reflexionados? la realidad compleja de lo subjetivo y objetivo de cada historia que se manifiesta en la capacidad real, simbólica e imaginaria del sentipensar humano.

A modo de mostrar esta complejidad pongo a su disposición este esquema para su observación atenta



Sugiero imprimir este documento y analizar este gráfico que he denominado el TAO CRISTIANO y que en otras entregas presentaré nuevos elementos pero que por ahora son suficientes para comprender su totalidad.

El Tao cristiano y las bienaventuranzas en el Aquí y Ahora.

La buena noticia del Reino de Dios propuesta por Jesús de Nazaret la encontramos en las Bienaventuranzas. Sugiero su lectura en los tres evangelios de Mateo, Marcos y Lucas.

Aplicada al gráfico estudiado con anterioridad que nos invita a la reflexión, debate, meditación, conversa y oración consigo mismo, los otros y Dios

Podemos señalar algunas actitudes y comportamientos que lograremos en la medida que hacemos de nuestra corporeidad integral un ejercicio de la vida para una vida en abundancia en el Aquí y Ahora. Aquí y Ahora que no se limita a lo que conocemos como dimensiones tiempo y espacio sino que va mas allá de estos. Es vida total que trasciende la propia materialidad para re-encantarnos en la dimensión de la Paz y el Bien como regalos que se concretan cuando el ser humano asume su condición amorosa y verdadera capaz de toda belleza.



Como observaran el camino se inicia con el ser compasivo; luego invoca a vaciarnos del egoísmo, egolatría y egocentrismo para alcanzar la alegría del justo y el gozo del agradecido. Creando confianza en si y en su entorno. Pero esto no se da sino en la simultaneidad de producir la serenidad, la fecundidad, la pureza de aquello que obstaculiza una mirada amorosa y verdadera.

El Tao cristiano y las palabras-almas en el Aquí y Ahora.

En este tercer avance (pueden encontrar los anteriores en https://construyetuproyectodevida.wordpress.com/2015/07/12/espiritualidad-y-mistica-para-vivir-en-medio-del-mundo-i-paso/y https://construyetuproyectodevida.wordpress.com/2015/07/12/espiritualidad-y-mistica-para-vivir-en-medio-del-mundo-ii-paso/ se explica una síntesis de Palabras-Alma como resultado de la reflexión/meditación respecto a la realidad del si mismo. Todas ellas contribuyen a fortalecer la fuerza vital, el impulso vital, el poder vital y todo esto a la energía vital concéntrica y expansiva gracias al entender, comprender para el saber y conocer.

Revístete de compasión y comienza a caminar.
Despégate de tus límites y confía en la sabiduría.
Desata los nudos y conecta con la vida.
Vacíate de tus apegos y Dios rebosará tu ser.
Desnúdate y confía en la abundancia y providencia de Dios.
Escucha tu melodía y danza la vida.
Lava tus ojos y veras la belleza que te rodea.
Mírate y veras el tesoro que lleva.
Sumérgete en tu alma y hallaras quietud.

Estas puedes ser reflexionadas/meditadas por orden descendente o descendente o las que mas revelan una conexión en el momento actual.



Todo esto permite despertar a la conciencia, cuando nos hacemos discípulos de nuestra propia historia (real, simbólica e imaginaria) y maestros de nosotros mismos. Por lo que es necesario alternativamente la utopía como fruto de sus propios anhelos y en dialéctica con la realidad concreta.

Sugiero la impresión de este gráfico, observarlo detenidamente y dejar que la memoria de las emociones genere sus propias imágenes, formas, recuerdos, proyecciones…

martes, 26 de junio de 2018

Reunión del grupo de estudios "Alan Watts"

Sábado 23 de Junio
5ta Reunión del "Grupo de Estudios: Alan Watts"

Reflexionando sobre: "La filosofía de la experiencia metafísica" (del libro "Conviértete en quien eres") y "El trabajo como juego" (del libro "El gurú tramposo").

Un espacio para sumergirse en algunos hitos de la vasta obra literaria y divulgativa de este genial, irreverente y original filòsofo, estudioso y divulgador de las filosofìas asiàticas, en consonancia con los principales postulados de la psicología occidental.
Intentando descubrir nuevos insights para este atribulando mundo que vivimos.
Reflexionando, desde un lugar diferente, respecto a la sociedad contemporánea y sus avatares, el trabajo, la espiritualidad, la búsqueda religiosa, las etapas de la vida y el significado de la realidad, entre otros temas.
Trabajando los textos como lo hacemos cada vez que ejercemos la lectura: resaltando lo importante, o lo que nos hace ruido porque nos interroga; subrayando aquello que nos sorprende, que contradice una idea previa o que, al mejor estilo zen, nos resulta paradojal. Trataremos de acercanos a la comprensión profunda de su mensaje, conectando con postulados de la psicología y de los principales senderos de liberación.
Están invitados todos los que se sientan convocados y tengan ganas de una aproximación más sistemática a su pensamiento.
El mapa de lecturas incluirá algunos capítulos de libros muy conocidos de su obra, y otros de tipo màs erudito:

* Naturaleza, hombre y mujer, 
* La Suprema Identidad, 
* Las dos manos de Dios, 
* Psicoterapia del Este, Psicoterapia del Oeste, 
* El camino del Zen.

La cita es el segundo o tercer sábado de cada mes, de 10.30 a 12.30hs, a partir del sábado 10 de Febrero de 2018.

Sede: Religare Red de Estudios

Costo: $200 x reunión (CUPOS LIMITADOS)

Consultas&Inscripciones: religareredbsas@gmail.com / jmobarrigon@gmail.com

Coordina: Lic. Juan Manuel Otero Barrigón
Psicólogo (Universidad del Salvador).
Profesor Adjunto Cátedra "Psicología de la Religión" (USAL).
Miembro Titular de la Asociación Argentina de Salud Mental (AASM).
Asociado a la Joseph Campbell Foundation.
Miembro de la Fundación Centro del Tao.






viernes, 1 de junio de 2018

El Taoísmo como camino de Unidad


El Taoísmo como camino de Unidad
por Juan Manuel Otero Barrigón * (Publicado originalmente en nodualidad.info)

Sabido es que la palabra "taoísmo" proviene de Tao 道 ―dao escrito en transcripción pinyin―. El vocablo daopermite varios significados, con los cuales los taoístas suelen jugar: refiere, al mismo tiempo, a "Vía", "método", "doctrina", así como al hecho de "hablar". En el Tao Te King, dao (o Tao) designa también el principio original que descansa en el origen de las cosas y sigue dándoles forma. La palabra, como vemos, no admite una explicación sencilla: el Tao es inabarcable y por esencia, debe seguir siéndolo. Y ello debido a que, como reza la primer tablilla del tratado de Lao Tsé, "El Tao que puede expresarse con palabras, no es el eterno Tao".

La escuela de pensamiento taoísta (daojia) pierde sus orígenes en la noche de los tiempos. Algunos autores han planteado que el taoísmo descendería de la religión popular, nebulosa sin mayores precisiones, ya que no hay consenso definitivo respecto a lo que se entiende por "religión popular". Enorme dificultad esta, dado que no poseemos suficientes documentos sobre las creencias religiosas "populares" anteriores a la dinastía Han e incluso durante el transcurso de la misma. Un segundo obstáculo es que cuesta imaginar vínculos directos entre inciertas creencias populares y el pensamiento extraordinariamente sutil, a veces metafísico y elevado, de personajes como Lao Tsé y Chuang Tsé, quizás las dos más grandes figuras de la antigua tradición taoísta.

En Occidente, solemos identificar visual (y fácilmente) al taoísmo filosófico con el conocido símbolo del Yin y el Yang, al cual sin embargo, con frecuencia, malinterpretamos.

Dada la identificación del pensamiento occidental con el dualismo platónico, nos resulta fácil confundir el significado profundo de un símbolo milenario como el del Yin y el Yang. Este nos remite a una concepción mucho más orgánica del universo que la que nosotros, culturalmente, expresamos. En nuestro esquema dualista, existen el bien y el mal, lo correcto y lo incorrecto, el cielo y el infierno, lo blanco y lo negro, lo moral o lo inmoral. De allí que, al discutir filosofía (y otras tantas cosas), acostumbremos a establecer diferencias con un "o". Necesitamos distinguir, categorizar y separar, lo cual nos resulta sumamente natural, pese a que se trate de una cualidad enraizada, si de oposiciones se trata, en nuestra vasta (y prolongada) tradición histórico filosófica de Occidente.

Para gran parte de las sabidurías de Oriente, en cambio, las cosas funcionan de otro modo. El oriental, y en nuestro caso el taoísta, sintetiza su visión del mundo de un modo mucho más directo, más intuitivo, más místico.

Ello explica que, para los taoístas, debilitadas las categorizaciones y las separaciones forzadas, el Yin y el Yang no representen esquemáticamente el bien y el mal. Cuando comparamos mediante la razón y el conocimiento, lo que hacemos es promover la fragmentación, exaltando falsamente la preponderancia de un aspecto por sobre el otro. A ello, un taoísta respondería que demasiada oscuridad enceguece, pero que lo mismo puede ocurrir frente a un fuerte destello de luz.

De esta manera, Lao Tsé nos dice:


"Si todos reconocen lo bello como tal,
reconocen a la vez lo feo.
Si como tal reconocen lo bueno,
reconocen a la vez lo que no es bueno.
Porque Ser y No-Ser se generan mutuamente.
Difícil y fácil se completan entre sí.
Largo y corto se moldean mutuamente.
Entre sí se invierten alto y hondo.
Sonido y tono mutuamente se enlazan.
Antes y después se siguen entre sí.
El Sabio obra sin actuar.
Enseña sin hablar.
Todos los seres se presentan ante él,
y a ninguno se niega.
Crea, pero no posee.
Realiza, pero no retiene.
Cuando termina la obra,
no se aferra a ella.
Y precisamente por no aferrarse,
nada ni nadie le abandona.
"(Traducción de Richard Wilhelm)

Lao Tsé contribuyó enormemente al pensamiento del Ser y del no-Ser (Yu y Wu), y diferenció dos formas de razonamiento para lo nombrable e innombrable (Yu Ming y Wu Ming), recomendando, tal como señala mi querido maestro Alejandro Omar Nepote, la captación de la fusión de toda dualidad en una unidad esencial subliminal, dado que en esencia, todo deviene del supremo Uno (Taichi).

Las dualidades son concebidas en el Taoísmo como correlativas, lejos de los pares de opuestos excluyentes a los cuales estamos habituados, y que se remontan, en nuestro contexto, al antiguo dualismo persa de la religión mazdeísta predicada por Zoroastro, que tanto influyó sobre la cosmovisión judeocristiana, y por línea histórica, sobre la islámica.

Esto, claro, entendiendo dichas tradiciones en un sentido exotérico o divulgativo, siendo que en una dimensión más profunda, incluso en estos caminos la dualidad se disipa hasta revelarnos la más prístina de las Unidades. Basta, como ejemplo, remitirnos a la tradición mística de personajes como San Juan de la Cruz, Meister Eckhart o Ibn Arabi, para llegar incluso a propuestas contemporáneas como la de Jay Michaelson y su "Everything is God: The Path of non-dual Judaism".

Por medio de la razón surgen la dualidad, la mentalidad fragmentada y la separación. Por causa de nuestro automatismo racional, perdemos nuestro equilibrio original, aquel que bebe de las fuentes del "portal de la hembra oscura" (R. Wilhelm). Frente a esto, el taoísmo propone su solución: no hacer, dejar fluir, no interferir, imitar la espiritualidad del agua.

Extraña (i)lógica del Wu Wei que nos invita a un juego diferente, con plena conciencia de la interdependencia.

A este propósito, el célebre y querido filósofo británico Alan Watts, narra la historia del granjero chino. En su libro Taoísmo, nos cuenta:

"Érase una vez un granjero chino al que, en cierta ocasión, se le escapó un caballo. Esa noche acudieron los vecinos a su casa y le dijeron: "¡Qué mala suerte!", a lo que él respondió: "¿Quién sabe lo que es bueno y lo que es malo?". Al día siguiente, el caballo regresó trayendo consigo siete caballos salvajes a los que se había unido. Esa noche volvieron nuevamente sus vecinos y le felicitaron, pero él replicó: "¿Quién sabe lo que es bueno y lo que es malo?"

Al día siguiente, su hijo estaba tratando de domesticar uno de los caballos salvajes cuando salió despedido de la grupa y se rompió una pierna. Los vecinos regresaron entonces y dijeron: "¡Qué mala suerte!", a lo que el granjero contestó, una vez más: "¿Quién sabe lo que es bueno y lo que es malo?".

Al día siguiente, llegaron los oficiales de reclutamiento en busca de jóvenes para el ejército, pero su hijo se salvó a causa de su lesión. Esa noche también llegaron los vecinos diciendo: "¡Qué bien!, ¿verdad?", a lo que el granjero dijo nuevamente: "¿Quién sabe lo que es bueno y lo que es malo?
".

Como podemos entrever, el corazón de esta historia apunta a que el proceso global de la naturaleza supone un todo integrado de enorme complejidad. Por tal motivo, es difícil afirmar si todo lo que ocurre en ella es enteramente bueno o malo. Y esto, debido a que difícilmente podemos saber, anticipadamente, cuales serán las consecuencias de la aparente "desgracia", o por el contrario, cuales serán los resultados de la "buena fortuna".

Yin y Yang.

Pese a que en nuestra cotidianeidad solemos preferir la aparente seguridad del mundo previsiblemente organizado, el taoísmo nos advierte sobre las consecuencias de cultivar, en exceso, dicha actitud. Al fin y al cabo, la posibilidad de relacionarnos con nosotros y con el mundo desde la vida y no desde el conocimiento, puede significar abrir las puertas al asombro del pensamiento cambiante y creativo, que flexible como el bambú, y diluyendo las apariencias, "es capaz de conocer el mundo sin salir de casa, y descubrir, sin mirar por la ventana, el Tao del Cielo".

Bibliografía:

Cruz, Javier. Tao Te Ching. Editorial Del Nuevo Extremo, Buenos Aires, 2008
Watts, Alan. Taoísmo. Editorial Kairós, Barcelona, 1999
Wilhelm, Richard. Tao Te King. Editorial Sirio, Buenos Aires, 2006.Juan Manuel Otero Barrigón

* El autor es Profesor Adjunto en la Cátedra "Psicología de la Religión" (USAL-Argentina)

viernes, 18 de mayo de 2018

Vida Taoísta (I)


El sabio camina con pobres vestiduras, pero oculta en el pecho una joya preciosa. Actúa pero no pide recompensa, y porque no la pide, siempre es recompensado.

Lao Tsé

viernes, 11 de mayo de 2018

viernes, 6 de abril de 2018

Confucianismo & Taoísmo (Charla Introducción)


Un pequeño acercamiento a las filosofías chinas (Confucianismo y Taoísmo) por parte del psicólogo español Rafael Mateu Sanz. La charla forma parte de un ciclo de conferencias semanales que, sobre distintos temas, dicta el profesional en la región de Valencia, España. 

viernes, 23 de marzo de 2018

Outsiders del Zen (I)


(clic para ampliar la foto)

Libre de artificios, conectado con lo profundo de la vida, sintiéndose un outsider dentro de una comunidad a la que tantas veces percibía anquilosada en formalismos estériles. Así se fue el budista zen Nyogen Senzaki en 1958, dejándoles estas últimas palabras a sus discípulos. Creativo e Inspirado en la tradición Rinzai, creó un koan en homenaje al místico cristiano Meister Eckhart: "El ojo con el que veo a Dios es el mismo ojo con el que Dios me ve. ¡Muéstrame ese ojo!". 
La captura de pantalla es del riquísimo libro "Nubes locas: rebeldes del zen", de Besserman & Steger.

viernes, 9 de marzo de 2018

La llave maestra

Fotografía: Alejandro Omar Nepote (Aon)

En el principio, sólo existía el número, y el número se transformó en símbolo, al símbolo se le dio forma de imagen, y, finalmente, la imagen se convirtió en palabra.
La palabra es la decadencia de la sabiduría ancestral.
A partir de aquí, surgió la inmensa confusión.
-
Por lo tanto, quien pueda descifrar el Mahamudra, que es el gran símbolo del número primordial, tendrá en sus manos la llave que abre la cerradura de todos los misterios y secretos del cosmos.
-
La más grande de todas las verdades universales, se transmite a través del silencio, en la profundidad de la experiencia auténtica.

AON

domingo, 25 de febrero de 2018

David Carradine en el templo Shaolin


En 2005, y como parte de un breve documental preparado para introducir la edición de la serie Kung Fu (1972-1975) en formato DVD, David Carradine visitó un templo Shaolin en China. Estuvo acompañado por su amigo Jay Habakangas y su maestro por más de veintidós años, Sifu Rob Moses (intérprete del maestro Kan en la secuela "Kung Fu: La leyenda continúa"). El recorrido los llevó, además, por los alrededores de Beijing y la Gran Muralla China, donde compartieron música, artes marciales y algunos momentos divertidos. En este video puede disfrutarse un breve fragmento de aquella experiencia, tal vez en su momento más solemne, marcado por un espíritu de camaradería, veneración y goce del alma.

viernes, 9 de febrero de 2018

Sobre el Viaje Consciente (por Alejandro Aon Nepote)

"Frontiers of the cosmos", por Lucy West


No todo el mundo vive consciente del hecho que en este preciso instante estamos viajando por el cosmos, surcando el espacio interestelar a una velocidad inimaginable, montados sobre una piedra a la que consideramos nuestro planeta tierra.
Desplazándonos en cientos de curvaturas concéntricas que incluye el giro sobre sí mismo a dos mil kilómetros por hora, sumado al desplazamiento alrededor del sol a ciento diez mil kilómetros por hora, mientras que el sol en torno a la galaxia (y la tierra con él) se mueve a novecientos mil kilómetros por hora, y, a su vez, la galaxia en danza con otras galaxias cercanas a la velocidad de un millón diez mil kilómetros por hora, siendo que el grupo local de galaxias en torno a otros tantos suma mayores movimientos y velocidades dentro del universo, al que podría agregarse la expansión del universo y la posibilidad de que este universo esté también moviéndose junto con otros y alrededor de otros, lo que en la sumatoria de las distintas trayectorias simultáneas nos estaríamos moviendo a una velocidad cercana a la luz, flotando sobre la nada misma, una nada colmada de espacio, un vacío que nos sostiene sobre el abismo insondable del cosmos, en lo que podría considerarse la situación más vertiginosa de la existencia según la perspectiva de los seres humanos que tomasen conciencia de este hecho.

Aquí estamos, en nuestra aeronave sideral, en nuestra pequeña cosmonave. Estamos como en un avión, mucho más seguro por supuesto, y, al mismo tiempo, más frágil y delicado, porque los mecanismos que permiten este viaje son descomunalmente sutiles y hasta etéreos y astrales. No hay motores, no hay alas, no hay fuselaje, no se propulsa mediante combustible... y funciona, por millones de años ha funcionado, y seguirá funcionando por eones incontables.
Somos pasajeros, viajeros galácticos, que junto a este afluente de Vía Láctea vamos atravesando la inmensidad de lo que, detrás de la escena cambiante, es eterno e infinito.

Por lo pronto no sabemos de dónde venimos, no sabemos a dónde vamos, sólo sabemos en dónde estamos, en medio de un viaje increíble, del que no podemos precisar el eje exacto sobre el cual nos desplazamos, pero el eje está, el eje existe.
Estamos yendo, eso sí lo sabemos bien, aunque nadie sabe a ciencia cierta hacia dónde.

Es como una ficción de proporciones inconmensurables, pues, el sólo pensar a la civilización desde la perspectiva cósmica, y contemplarla sobre este pequeño guijarro suspendido en la infinitud insondable del espacio sideral desplazándose a velocidades colosales, que en comparación, este guijarro es más pequeño que un grano de arena, incluso, mucho más ínfimo todavía, como un átomo imperceptible, y que en él esté aconteciendo todo el drama de la humanidad provocado a partir del apego posesivo al materialismo del que deriva la ambición insaciable de poder para la conquista de bienes y riquezas, sin duda, es algo que cuesta creer. Desde esa perspectiva cósmica inabarcable, es incomprensible el inmenso sufrimiento humano en este pedregullo ocasionado por un comportamiento salvaje de avaricia y de egoísmo bestial que surge al aferrarse a la falsa percepción cotidiana de que el limitado y estrecho ambiente en el que se vive es lo único que existe.

AON (Alejandro Omar Nepote).- https://sites.google.com/site/aontao/

viernes, 26 de enero de 2018

El sonido, el ritmo y la conciencia (por Carlos Fregtman)


El sonido, el ritmo y la conciencia, por Carlos D. Fregtman*

La exteriorización más espontánea del hombre se manifiesta bajo el aspecto rítmico. El sentido humano del ritmo es una disposición intuitiva, a través de la cual agrupamos ciertas impresiones sensoriales recurrentes, vividas y precisas. Este proceso se fundamenta en la capacidad subjetiva de reagrupar latidos en estructuras con absoluta y perfecta precisión células rítmicas. Dependemos del ritmo para pensar, sentir, movernos o actuar en forma eficaz y fluida, así como para percibir adecuadamente los estímulos exteriores y reaccionar ante ellos.
La música y el ritmo no son más que espejos de la estructuras cósmicas, por eso constituyen una importante vía para reconectarnos con los orígenes más distantes y remotos. Antes de que nosotros toquemos ritmos, los ritmos nos tocaron a nosotros con los orígenes más distantes y remotos. Antes de que nosotros toquemos ritmos, los ritmos nos tocaron a nosotros. La estructura basal de la música es similar a cualquier estructura basal de elementos científicos.
Todo el Universo es vibración, que según su orden de frecuencia
-cantidad de vibraciones por segundo- se presenta en luz, color, sonido y forma, respetando el orden de aparición. En un altísimo grado de aceleración vibracional se halla oscuridad que se convierte en luz; en una frecuencia menor, las sombras luminosas generan color, los colores se transforman en sonidos; y los sonidos crean formas más o menos duraderas. Estos diferentes estadios de densidad reproducen la manifestación de este planeta y los orígenes de la materia.
El sonido percibido por el ser humano es de una gama de frecuencias localizadas entre 16 y 20.000 Hz (frecuencias sónicas), banda relativamente pequeña -dentro del espectro de ritmos universales- que a partir de nuestro aparato perceptual decodificamos como "sonido". Hay otros animales que recepcionan bandas mayores (el silbato para perros es inaudible para nosotros). Por debajo de 16 Hz hay frecuencias subsónicas inaudibles, que son tan lentas que no se miden en ciclos por segundo, sino en segundos por ciclo; las frecuencias ultrasónicas, también inaudibles para nuestro oído, nos afectan de formas aún no conocidas. Las frecuencias extremadamente altas fluctúan de centenares a millones de ciclos por segundo y pueden percibirse en forma de calor en la piel, por lo que se denominan térmicas. En una nota grave de un órgano de catedral (de aproximadamente de 16 a 30 Hz) los pulsos se sienten claramente en nuestro cuerpo, sobre todo en el plexo solar - zona de resonancia de las bajas frecuencias-, percibiéndose como "motor" o instrumento de percusión, granuloso y alternante.

Nuestro comportamiento es una ondulación constante porque estamos formados por corpúsculos ondulares. La materia no es "sólida", sin movimiento y vibración; todo vibra rítmicamente. Si miramos nuestra sólida piel en un microscopio electrónico, descubrimos que existe un mundo de apariencia acuática que se mueve rítmicamente en una inacabable danza de la vida. Cuanto más nos aproximamos dentro de las moléculas, descubrimos nuevas partículas danzantes y más pequeñas: protones, positrones, electrones, neutrones, quarks. Todo se disuelve en formas y vacíos, en pautas y estructuras.

Una de las funciones del ritmo en nuestro organismo es la integración de sus distintas partes y la armonización con los pulsos exteriores. Ejecutamos una continua música en nuestra vida y por una tendencia innata, tendemos a la consonancia en contra de un desorden disonante. Nuestra orquesta cerebral, cuando actúa afinada, nos proporciona la conexión de nuestros pensamientos y actos con la ley gravitatoria terrestre y con el equilibrio como estructura unitaria expansiva de la Conciencia, a través del sistema vestibular.
El ritmo es el equilibrio que permite expresar lo inexpresable y sostiene nuestras emociones; es la base de todo movimiento humano en el espacio, incluyendo la música. Desde el pulso de nuestros silencios y sonidos, al equilibrio de la sangre entre alcalinidad y acidez, o la relación complementaria orto y parasimpática del sistema nervioso, estar en equilibrio es respetar la dinámica rítmica universal y el mensaje del cuerpo conciente.
En las palpitaciones de nuestro corazón, en el acto respiratorio o en la marcha regular, todos poseemos la capacidad expresiva de impulsos perfectos en un equilibrio eterno. Nuestra misión consiste en unirnos a ese pulso y acompasamos plenamente con el tiempo presente.

"El profano mira
 El sabio ve
 El liberado percibe el ritmo de los ritmos". (1)

Vivimos en un sonosfera

En mayor o menor grado existe un "murmullo general" constante a nuestro alrededor, un mundo sonoro que nos envuelve, rodea y acompaña, que percibimos en forma automática y pretendemos desterrar de nuestros oídos. Por supuesto, no lo logramos y nos sometemos a una lucha permanente con el mundo exterior.

De todas las experiencias que nos afectan, el olor y el ruido son las dos mas difíciles de resistir y evitar. Podemos cerrar los ojos, negarnos a comer algo o a tocar una cosa, pero los ruidos o cerrar la nariz a los olores nos costara mucho trabajo.

El oído es un órgano receptor asociado con la orientación general del cuerpo, el sentido del equilibrio, la orientación temporo-espacial, el control de los movimientos y la acción corporal. Constituye una vía preponderante en el ajuste del organismo a su medio.

Pese a que no nos detenemos a escuchar, nuestra sonósfera nos implica y afecta poderosamente. Nos conmueve por entero, física y mentalmente. Fuertes conexiones neuronales ligan al oído y los centros superiores del cerebro humano. Desde el punto de vista cibernético, las energías provenientes del mundo circundante -constituidas por vibraciones, reacciones químicas y/o fenómenos físicos impresionan nuestros circuitos extereoceptores y a través de los transductores (convertidores de energía) los transfoman a la forma "eléctrica". Los estímulos que actúan sobre el oído se denominan fonones -del griego ¨fonos¨ sonido-, pero como veremos más adelante, las vibraciones sonoras nos afectan por entero; todo nuestro ser es un instrumento de resonancia.

Escuchar el entorno es escucharse por dentro. Constituye un conocimiento vital y revelador: transforma la audición consciente en consciente. Si algún día pretendiéramos modificar los continuos y variados "ruidos" que nos circundan, previamente deberíamos conocer el ecosistema sonoro.
Escuchar el entorno es una sencilla forma de meditación o toma de contacto con la realidad. Meditamos cuando permanecemos en un estado de pensamiento puro, diferenciado de las experiencias condicionadas anteriores. Muchas veces confundimos al mundo real, con lo que pensamos o hablamos del mundo a través de sus símbolos. Percibimos auditivamente y con nuestro sistema simbólico decimos: -

Ahá, "escucho" a un niño jugando con una pelota...
Y en realidad, lo que registramos es una variada sucesión rítmica, de tempos y cadencias multiformes.

PAM pam pammm BUM bun bunbun pam pa tán túm dum PAM PAM tuctuctuc ss.
Pensemos cuántas veces nos silenciamos interiormente e interrumpimos el "parloteo" incesante que resuena en nuestras cabezas.
Nos encontramos tan llenos de palabras, que los sonidos puros y reales no tienen espacio en nuestro ser. Es por eso que tantos maestros y filósofos nos hablan de cierto estado de vacío-vacuidad-, como sinónimo de sabiduría y apertura.

Con un vaso colmado, no pretendamos tomar agua de la fuente del conocimiento.

Vacuidad. Quietud. Abierta actitud de escucha. (2)


El sonido es conciencia
Energía en vibración

Cuando un cuerpo en vibración emite sonido hay energía movimiento. Emite energía.

Sonido es una forma de energía en vibración o pulsación.
Isaac Newton designó el fenómeno característico del sonido como pulsus o pulso. El término pulsus derivó en el de pulsación. "Los sonidos no son otra cosa que pulsaciones del aire".
Onda, pulsación, vibración, materia sonora, y últimamente conciencia sonora, son diferentes nombres utilizados para designar fenómenos similares.
Si una cuerda (de guitarra o violín) se aparta de su posición y después se suelta, entra en vibración. Se ha producido un sonido. Los sonidos producidos por la voz son debidos a la vibraciones de las cuerdas vocales. Si se golpea un vidrio o una campana de cristal también se producen y perciben, vibraciones y sonidos.

En la actualidad tomamos a la energía como un principio, sin poseer definiciones de su esencia primordial. Se "habla" de la energía, sin conocer su verdadera significación. La energía es uno de los principios fundamentales del Universo.
Hay energía en todos los procesos vitales, en nuestros movimientos, sentimientos, acciones y pensamientos. La electricidad, el viento que sopla, el río que corre, las lluvias torrenciales, todo es energía; pero sus formas de manifestarse son variadas y distintivas.

Las estructuras internas de toda clase de objetos y sustancias no son otra cosa que combinaciones de diferentes clases de movimientos o energías.
Cuando nuestra totalidad se halla básicamente "armonizada", las energías de una expresión artística musical provocan respuestas o resonancias en nuestra singular conformación.

Tanto el organismo humano, como la música, son configuraciones energéticas con cierto grado de estructuración, que pueden inter-relacionarse mutuamente. El caudal energético contenido en una obra musical, actúa como un acorde dinámico, producto del ser humano que lo elaboró en consonancia con sus propios valores. La música encierra los misterios nunca revelados de la estructura energética cósmica, a través del reflejo de la dinámica biopsicoenergética del compositor-creador.

En el proceso de audición de una buena interpretación -que respete las pautas singulares de creación de la obra- además del fenómeno estético o sensorial acústico, se desata un contrapunto energético de alta movilización, en un fenómeno de expansión de la conciencia.

Desde un punto de vista estructural, el organismo es un conjunto de partes o elementos resonantes. Cada Órgano posee -en relación a su morfología e histología- una condición de vibración o de máxima resonancia en determinada frecuencia (altura) convirtiéndonos en posibles acordes o complejos sonoros.

En las ceremonias de los pueblos muy primitivos, se utilizaban las series pentatónicas -de cinco sonidos-, y los órdenes monofonal, bifonal, trifonal y tetrafonal para armonizar resonantemente al músico y al oyente.
En Grecia, la escala dórica -que comienza con mi, plexo cardíaco -era utilizada para educar la parte emocional del ser humano. La serie frigia -que comienza en re, glándula hipófisis- era utilizada para educar y desarrollar la parte mental, fundamentalmente el poder del pensamiento. La escala lidia-que comienza en do, glándula pineal, nivel coronario- era utilizada
para desarrollar la intuición superior.
De forma similar se utilizaba la música en China, en donde Confucio consideraba a la música una parte integral de su sistema, un medio para proveer la necesaria disciplina y corrección moral, basando las líneas melódicas en fórmulas matemáticas, y no en meras improvisaciones.

En nuestras ciencias exactas, energía es toda causa capaz de transformarse en trabajo, pero en la concepción cosmogónica china, la Energía Cósmica Primaria es origen de todo lo existente, y se presenta bajo dos aspectos antitéticos -el Yin y el Yang- que actúan recíprocamente.
Para el pueblo chino, la música que se desarrolla y perdura con éxito se halla en acuerdo perfecto con las leyes de la naturaleza, con el Tao, con la oposición complementaria, no dualista, y en equilibrio Yin y Yang.

La energía ( Chi o Ki) intrínseca es el soplo, el aire, la vida, la fuerza, el soplo vital. En el So Quenn Nei ching se hace mención a la energía del cielo (lang), de la tierra (Inn), la energía nutricia pura (Iong) y la energía impura ().

La energía iong circula por los meridianos, vectores o conductos reales de la Energía, y la energía oé circula por la carne.

Los chinos admiten tres fuentes básicas de energía que gobiernan al hombre. La energía ancestral contenida en las gametas que dieron lugar al huevo fecundado. La alimentación, energía concentrada en los alimentos que proviene del sol. La respiración, que semejante al prana de los hindúes, posee en el aire un contenido energético.

Para la filosofía del Vedanta, así como para la del Samkhya, el prana representa la energía vital: la única realidad existente es la Energía Unica, esa realidad concreta sobre la que se asienta el sistema cósmico y humano: la Conciencia Pura. Esta Conciencia Pura circula por canales -nadis- que en su recorrido presentan núcleos o concentraciones llamados chakras. (3)

* Carlos Fregtman es un músico argentino, actualmente radicado en España, pionero en la difusión de la música relacionada con los efectos transformadores de la conciencia y la revaloración de los sonidos naturales.

Fuentes de las citas: (1) Carlos G. Fregtman, El tao de la música, Buenos Aires, editorial Estaciones, 1194, p.28-30.
(2) Ibid., pp.51-53
(3) Ibid., 141-144.

(El presente texto fue copiado del portal Temakel. La edición del mismo corresponde a Esteban Ierardo)

viernes, 19 de enero de 2018

La realidad y sus conceptos


“Los acontecimientos no nos hacen daño, pero nuestra visión de los mismos nos lo puede hacer".

Las cosas, por sí mismas, no nos hacen daño ni nos ponen trabas. Tampoco las demás personas. La forma en que veamos las cosas es otro asunto. Son nuestras actitudes y reacciones las que nos causan problemas. Por consiguiente, ni siquiera la muerte tiene gran importancia por sí misma. Es nuestro concepto de la muerte, nuestra idea, lo que es terrible, lo que nos aterroriza. Hay formas muy distintas de pensar sobre la muerte. Examina a fondo tus conceptos sobre la muerte y sobre todo lo demás. ¿Son realmente ciertos? ¿Te hacen algún bien? No temas a la muerte y al dolor; teme al temor a la muerte y al dolor.
No podemos elegir nuestras circunstancias externas, pero siempre podemos elegir la forma de reaccionar ante ellas.

.../....

Acepta con calma los acontecimientos tal como ocurren.

No exijas que los acontecimientos sucedan como deseas. Acéptalos tal como son realmente. Así te será posible la paz.

.../...

Tu voluntad está siempre bajo tu poder
En verdad nada te detiene.

Nada te retiene realmente, puesto que tu voluntad está siempre bajo tu control.
La enfermedad puede desafiar a tu cuerpo. ¿Pero acaso eres sólo cuerpo?.
La cojera puede afectarte las piernas. Pero no eres sólo piernas. Tu voluntad es mayor que tus piernas. Tu voluntad no tiene por qué verse afectada por ningún incidente, a no ser que tú lo permitas. Recuérdalo cada vez que te ocurra algo.

.../...”

Fragmentos del Enquiridión (Manual de Vida).

Epicteto.

viernes, 12 de enero de 2018

Nosotros (por Sergio Sclovich)


por Sergio Sclovich

Suele haber en diferentes culturas algún término que denota lo desconocido y que a su vez hace referencia a algún tipo de divinidad. Algunos usan el término Tao, otros Universo. En la cultura Judeo/cristiana utilizan varios nombres pero el más común es Dios. A fin de mantener el respeto a la idea de no usar el nombre en vano en adelante me voy a referir a Él, salvo se cite.

Desde la primera vez que leí la frase de Aldous Huxley: “Danos hoy nuestra Fe cotidiana, más líbranos, querido Dios, de la creencia”[1] nunca la olvidé y cada ve que me la repito me fascina más. Y es esta frase la que resume la idea donde mi pasión por la ciencia y mi admiración por el universo (como me gusta llamarlo) pueden coexistir.

¿Se puede hacer ciencia creyendo en Él? Definitivamente no. El método científico nos propone no presuponer nada, mantener una mente abierta y basar nuestras conclusiones en los resultados de experimentos y observaciones.

¿Se puede tener Fe creyendo en Él? Definitivamente no. La fe requiere de ese avanzar sobre lo desconocido que Él denota. Cualquier creencia no es más que una ilusión, una construcción en nuestra mente de, por ejemplo, el futuro.

¿Se puede hacer ciencia con Fe en Él? Ambas nociones, hacer ciencia y tener Fe, nos protegen de la creencia. Alrededor de lo poco que se puede concluir a partir de resultados, según indica el método científico, hay un sin fin de desconocimiento y este método funciona en esa realidad. En ningún momento una contradice a la otra. Seguir el método científico es como avanzar sobre un camino a oscuras con una lámpara, cada paso que damos es dentro de lo que la lámpara nos ilumina. Es un paso relativamente seguro pero nada sabemos del próximo, hasta que avanzamos y vemos un poco mas. De hecho tampoco vemos hacia atrás, sólo nos queda el recuerdo de donde pasamos. De algún modo, con el método científico, avanzamos con una especie de Fe en que vamos a seguir pudiendo avanzar, o no.

Él y yo existimos en la realidad que vivo cada día, ¿creo que es verdad? No, no creo, ambos métodos que elijo me protegen de la creencia. ¿La falta de una respuesta a esta pregunta me impide usar el método científico? No.

Nosotros ¿existimos? La mera idea de estar preguntándomelo me responde de mi existencia ¿y de la de Él? Tal vez, la mera ignorancia de esta respuesta es el primer indicio de la existencia de lo desconocido, que es Él.

Volviendo a la pregunta ¿Se puede hacer ciencia con Fe en Él? Tengo Fe que sí. Por eso cada vez que recuerdo, rezo el rezo de San Huxley y procuro seguir el método científico al pie de la letra y según se indica en la cita en las letras al pie.

* Dr. en Biología.-Universidad de Buenos Aires. Practicante Zen

[1] La Isla, Aldous Huxley editorial sudamericana, 1998. Barcelona, España. Traducción:Floreal Mazía